Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva
Roma (Italia) Del 18 al 21 de noviembre tiene lugar en Roma el 1er. Congreso Mundial sobre la Educación católica y la Asamblea General OIEC (Oficina Internacional de la enseñanza Católica.
Al celebrar el 50º aniversario de la Declaración del Concilio Vaticano Gravissimum educationis
Y el vigésimo quinto aniversario de la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiae la Congregación para la Educación Católica quiere relanzar, con el congreso mundial, el compromiso de la Iglesia en el campo educativo.
El Congreso prevé la participación de varios miles de participantes entre Rectores y docentes de Universidades católicas, Dirigentes y Coordinadores/as de las escuelas católicas del mundo.
Por el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora participan la Madre general, sor Yvonne Reungoat, la Consejera para el ámbito de la Pastoral juvenil Sor Runita Borja y casi una treintena de Hijas de María Auxiliadora provenientes de los varios continentes, representantes de Conferencias Interinspectoriales, Comisiones y Diócesis, y facultades universitarias, en particular el Auxilium.
Momento central para las Hijas de María Auxiliadora es el jueves 19 de noviembre en el Centro Mariapoli en Castegandolfo en el que la Madre general tiene la ponencia Identidad y misión de la educación católica.
Los objetivos del encuentro son: ofrecer a las Escuelas y a las Universidades Católicas un espacio de diálogo y de debate sobre los desafíos ineludibles que la emergencia educativa contemporánea pone a nuestras sociedades, a los sistemas de instrucción y a la Iglesia: elaborar una reflexión crítica a la luz de los principios éticos y religiosos sobre los citados desafíos y sus repercusiones en cada ámbito educativo dando voz a todos los comprometidos en el sector; profundizar – a la luz dem Magisterio - las concepciones del hombre y de la sociedad que precisamente a través de la educación se proponen y se lleva a cabo.; formular útiles recomendaciones y orientaciones.
El Congreso Mundial se desarrolla en cuatro días y está estructurado en tres sesiones. La sesión inaugural del miércoles 18 noviembre 2015 con un saludo del Cardenal Prefecto de la Congregación para la Educación Católica y la intervención del Cardenal Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, a lo que seguirá el testimonio de personalidades que han empleado sus propias energías para el éxito de la instrucción dirigiendo una mirada general a los nuevos escenarios y desafíos, teniendo como punto de partida las respuestas tan interesantes como numerosas a los derechos adquiridos del Instrumento de trabajo “Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva”.
La sesión central se lleva a cabo desde el jueves 19 de noviembre al viernes 20 en el Centro Mariapoli de Castel Gandolfo y las intervenciones consisten en tres temas importantes: la identidad de la misión de las instituciones católicas, los sujetos de la educación y la formación de los formadores.
L’OIEC (Oficina Internacional de la Enseñanza Católica), contemporáneamente, está comprometida en los trabajos de la Asamblea general en el Auditorium de la Conciliación en Roma.
La sesión central está subdividida en dos subsesiones: una dedicada a la Universidad y la otra a la Escuela con ponencias, testimonios y mesas redondas con especialistas de todo el mundo.
El sábado 21 de noviembre todos los participantes, ya reunidos en Castegandolfo y los comprometidos en el Auditorium de la Conciliación, re reúnen juntos para compartir el momento final que prevé la participación del Santo Padre. A los congresistas se unirán también los representantes de las escuelas y de las universidades católicas de Roma y de Congregaciones e Institutos religiosos con carisma educativo. La finalidad de la mañana común fue tirar de los hilos de cuanto había salido durante los trabajos congresuales orientados con esperanza y confianza hacia el futuro y apoyados por las palabras del Papa Francisco.
“En el centro de la misión educativa católica está la creación de un clima fundado en los valores no sólo afirmados, sino vividos diariamente cuidando las relaciones interpersonales, atentos a las exigencias y a las necesidades de cada estudiante. En esta prospectiva, la enseñanza y el aprendizaje se convierten en un testimonio vivo del apostolado y en servicio para la comunidad. Incluso en la pluralidad de los contextos culturales y en la variedad de las ofertas formativas, algunos elementos comunes sobrepasan los condicionamientos externos para afirmar en voz alta el respeto a la dignidad de cada persona y a su unicidad frente a una instrucción de masas que, a veces, atrofia las dotes y talentos personales manipulando y condicionando las capacidades críticas de juicio y el análisis de la realidad .
La escuela y la universidad católicas, como sujetos de la Iglesia universal, son una realidad de presencia y acogida, de propuesta de fe y e acompañamiento pastoral teniendo firme tanto la defensa de la dignidad humana como la difusión del conocimiento. Estamos ante una antropología del anuncio, de la memoria y de la promesa que se manifiesta en el encuentro con el otro y en ello se enriquece dando a la mirada aquella luz de esperanza y de fe que se erige como fundamento de todo proyecto educativo. El mundo, en su pluralidad, está en espera más que nunca de ser orientado hacia los grandes valores del hombre, de lo verdadero, del bien y de la belleza”.
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