ghAGRADECIMIENTO A SOR SILVIA BOULLOSA EN LA ASAMBLEA. NOVIEMBRE 5.2016

Estèn siempre alegres, oren sin cesar, den gracias por todo” 1Ts. 5,16

Sor Silvia su visita ha sido una experiencia de misericordia, misericordia entendida como amar de forma exuberante, expresiva y completa. Misericordia que la descubrimos en el misterio de la visita de María a Isabel. También usted salió de su tierra, de su casa, se puso en camino, se vino de prisa, al encuentro de la vida de las Hijas de María Auxiliadora del Ecuador, de las comunidades, de cada hermana, PP.FF, docentes; llegó alegre, con su vitalidad siempre renovada, en un momento especial de nuestra historia, así, como llegó María a la casa de Isabel, para comunicar la alegre noticia de Jesús.

En la Visitación, María de Nazaret lanza el sublime cántico: “Mi alma canta la grandeza del Señor”, himno abierto a la admiración, al asombro y al agradecimiento a Dios que hace maravillas en los pequeños y en los pobres. La Virgen Nazarena, entona la gloria de Dios, se deja mirar, comprende, vive, expresa y celebra la inmensa misericordia del Padre, que hace obras grandes cuando alguien responde con un Sí a su acción generosa. Es su cántico profético, salido de su fe profunda, de su experiencia personal, del éxtasis de su corazón.

lñSor Silvia, su visita nos ha permitido entonar muchos magnìficat al Señor de la Vida, magníficat personales y grupales, magníficat por el clima de misericordia descubierto en las comunidades,   por la Buena Nueva que llega a los jóvenes, por los sueños que ha podido despertar, provocar y compartir; por lo que hemos logramos y lo que aún queda por realizar… motivos todos para alabar, agradecer y buscar compromisos desde la vida cotidiana, porque, lo mejor está por llegar si nos comprometemos a amar.

Sentimos profunda gratitud hacia la Iglesia, el Instituto, la Madre general, hacia todas las hermanas que contribuyen a formar en nuestra inspectoría comunidades más humanas, dinámicas y evangelizadoras, más felices, corresponsables y emprendedoras.

Como María del Evangelio, usted ha salido a servir, a ofrecer alegría, experiencia de encuentros que forman y transforman; encuentros de fe, de amor, llenos de esperanza; usted ha dado pasos largos, ha estado en cada una de nuestras comunidades educativas, siempre a favor de la vida, de la pastoral, de la educación, en definitiva, del carisma que nos da fuerza y nos desafía. Ambicionamos que en cada realidad, los encuentros se vuelvan praxis.

El cántico alegre y agradecido a la fidelidad del Padre, que obra maravillas en los sencillos, está también en nuestros labios, cada tarde proclamamos la salvación y descubrimos el alma entera de María que nos abre caminos de esperanza; hoy al final de su larga jornada de 80 días de visita, contemplamos con admiración los acontecimientos vividos, estamos llenas de gratitud y celebramos a Dios, que siempre escucha, fortalece y actúa en sus hijas e hijos.

nqQuerida Sor Silvia, en este momento de la Historia, como en todas las Inspectorías del Instituto estamos comprometidas con el CGXXIII, dispuestas a la conversión pastoral, a dejarnos transformar por el encuentro con nosotras mismas, con los hermanos, con Dios y la vida que recorre cuando cuidamos la casa común; estamos dispuestas a soñar juntas, con los jóvenes en comunidades abiertas y acogedoras, y a ser misioneras de esperanza y de alegría

En nuestro corazón sentimos gratitud por el pasado, por la lectura que podemos hacer del carisma conforme a nuestra realidad; felices en el presente porque nos sentimos amadas por el Dios; y, hoy, usted nos ofrece, el entusiasmo para avanzar hacia el futuro con esperanza activa y comprometida. Su grata visita nos deja salud y alegría, impulsos para crecer, amar y servir; por eso hoy alabamos, bendecimos y agradecemos al Señor, de quien proviene todas las bondades.

Nuestro reconocimiento a usted, a nombre de cada una de las hermanas, de los jóvenes y las jóvenes, PP.FF, de las obras misioneras y las de periferia, de las vocaciones que ahora están y las que llegarán por la iniciativa de tantos corazones que aman y cuidan su propia llamada.

En la Visitación, el abrazo y el encuentro son expresiones de gozo que provocan: escucha, reconocimiento, apertura a nuevos horizontes, deseo de tejer relaciones nuevas de misericordia con palabras y gestos que humanizan nuestro mundo. Nuestras vidas, comunidades y familias, necesitan de “Visitaciones” que den alegría, vinculación y cercanía, entre nosotros y con la casa de todos.

Gracias por el INFORME, síntesis de experiencias vividas o por vivenciarlas en nuestras comunidades locales; desde ya hacemos parte de nuestro serio compromiso.

Querida Sor Silvia, usted como María guarda y lleva secretos en su corazón, que le producen quizá sorpresas, gozos permanentes, sufrimientos o satisfacciones. Reciba nuestro nuevo gracias, nuestro siempre gracias, como canto que brota del fondo de nuestras almas enteramente salesianas.

Sor Beatriz Navarro J.

Inspectora

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SOCIEDAD DE MADRES SALESIANAS
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