08/10/2014 - Entrevistas

La seconda Commissione precapitolare al lavoro

El Capítulo es evento de gracia y de Espíritu Santo. Nos preguntamos cómo se vive fuera del Aula capitular y hemos entrevistado a la Directora y a algunas hermanas y seglares de la comunidad de Casa Generalicia.

¿Cómo se vive la experiencia del Capítulo fuera del Aula capitular?

Sor Judith Rivera (Directora): Desde hace tiempo la comunidad está comprometida con el Capítulo: junio, julio y agosto han sido meses de preparación de ambientes, mudanzas y movimientos, pero sobre todo de mucha oración. Ahora que el CG XXIII está en acto, aunque fuera del Aula capitular, somos la comunidad más implicada en su celebración real. ¿Cómo lo vivimos? Rezamos y ofrecemos nuestro trabajo sereno, conscientes de que estamos viviendo un tiempo de gracia y por tanto invocamos sobre las Capitulares el don de la escucha y la disponibilidad al confronto. Además, compartimos los momentos de fiesta y fraternidad, participamos en las Buenas noches, donde, alternándose, las diferentes Conferencias Interinspectoriales comunican la experiencia de su realidad. Que el Capítulo pueda llegar al corazón de nuestras comunidades y ser ocasión de renovación para todo el Instituto.

¿Cómo estáis implicadas y qué ambiente estáis respirando?

Señora Orietta (italiana): Este es el cuarto Capítulo general que veo desarrollarse. Trabajo en la lavandería con dos FMA. Hay una buena organización entre nosotras, el trabajo es mucho, pero lo hacemos con serenidad y ayudándonos. El ambiente que se respira es ¡alegre y de colaboración! ¡Gracias y buen Capítulo!

Sor Concetta: Para mí es el octavo Capítulo, pero ¡siempre es una novedad! Hay un ambiente de fraternidad y servicio, sacrificio y generosidad incansable. A veces podemos aparecer cansadas ​​porque hay mucho que preparar todos los días, pero disfrutamos de la posibilidad de compartir las alegrías, las esperanzas y las fatigas que nuestras hermanas de los 95 Países presentes comparten con nosotras.

Señora Carol (italianas con raíces Jamaicanas): Desde el 15 de septiembre entré como ayudante en la cocina en este Capítulo General. El ambiente es muy cordial y el contacto humano. Las relaciones con las Superioras y las compañeras de trabajo son de respeto y el trabajo se lleva adelante con diligencia. Durante muchos años de trabajo en el sector de restaurantes nunca había sido objeto de tanto afecto y consideración; me parece trabajar en un ambiente altamente familiar.

¿Cuáles son las expectativas para el Capítulo General XXIII?

Sor Sophie (polaca): Que el Capítulo suscite en las comunidades el deseo de llegar a ser “casas” en las que se vive la fe en profundidad, la oración como experiencia vital que transforma el cotidiano y la fraternidad como expresión de amor y atención a todos.

Sor Geralda (brasileña): Espero que esta experiencia nos ayude a comprender que debemos ser "casa que acoge" en primer lugar entre nosotras, en nuestra comunidad, porque sólo así podemos acoger y evangelizar a los jóvenes con nuestro testimonio de mujeres consagradas felices y coherentes. Y que nos ayude a nosotras a encontrar caminos y estrategias para ser religiosas y comunidades “en salida", como pide el Papa Francisco.

Sor Tecla (brasileña): Sueño con que el Capítulo abra a un nuevo horizonte de esperanza y de felicidad. La comunión es el testimonio primero e insustituible que estamos llamadas a dar al mundo de hoy: "Mirad cómo se aman unos a otros". Cada comunidad y FMA pueden transmitir paz, armonía y serenidad. A los jóvenes debemos ofrecer el testimonio gozoso de nuestra vocación y la radicalidad evangélica.

Sor Dely (peruana): Deseo que cada FMA crezca en corresponsabilidad porque los cambios que esperamos del Capítulo también dependen de nosotras, de la respuesta que damos en la realidad de la vida cotidiana y en la medida en que somos capaces de ir contra corriente. Espero que este Capítulo nos ayude a restablecer la primacía de Dios y volver a los orígenes, a aquel clima fraterno, sencillo, hecho de gestos, atenciones y bondad, lugar de encuentro con Dios y con todos.

¿Cuáles son los principales retos que el CG XXIII debe afrontar?

Sor Elena (Consultora para la Pastoral juvenil): El principal reto me parece que sea la "perspectiva de cambio". El n. 8 del Documento de Trabajo dice: "Comprender el mundo, especialmente juvenil  y femenino, re-comprender la vida consagrada desde la perspectiva de las periferias geográficas y los lugares en los que se viven la experiencia del pecado, el dolor, la injusticia, la violencia, la ignorancia, la indiferencia". Como FMA estamos ya presentes en muchas periferias al servicio de los más pobres y marginados. Nuestra vida consagrada, la misión educativa con los jóvenes, la fraternidad con tantas mujeres y familias, el trabajar en red con muchas personas de buena voluntad, la educación evangelizadora todo se vive para llegar a la meta que es el anuncio del Evangelio de alegría.

 

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