CARDENAL OSCAR RODRIGUEZ

HOMILIA Martes 19 de octubre

Este es el grupo que busca al Señor! La FMA buscadora de Dios.  Al inicio del evangelio de Juan, hay una pregunta: qué buscan?, esa pregunta va dirigida a nosotras: qué buscamos? Somos buscadoras de Dios!

La Palabra de Dios de hoy nos invita a la vigilancia, a tener las lámparas encendidas. En la carta a los Efesios: Jesús ha hecho de todos UN pueblo. Estamos unidas por el mismo Jesús, sin MUROS de separación. Él ha hecho las PACES mediante la cruz. Hoy en día en Israel se está construyendo un muro. Qué ironía! Jesús derriba los muros y nosotros los construimos: xenofobia, racismo, divisiones internas… aún en nuestras comunidades. La Iglesia debe ser casa y escuela de comunión. También así nuestras casas de FMA.

A nadie consideramos extraño en las familias. En las comunidades a veces hay muros que dejan marginadas a algunas Hermanas. La Palabra de hoy es muy exigente: a nadie debemos considerar EXTRAÑO, todos somos hijos y son nuestros hermanos.

Ya lo dijo el Documento de Santo Domingo: la pastoral de los ALEJADOS. Nos sentimos a gusto en nuestras casas o somos simplemente transeúntes? Hacemos que nuestras hermanas se sientan en casa?

En nuestra vida personal también hay muros: los mecanismos de defensa. Las Actas del CG hablan conversión: abatir los muros internos, personales…

En el evangelio hay varias recomendaciones de Jesús sobre la vigilancia. El amo ha ido de bodas y no se sabe cuando regresará. Si los siervos saben tener la casa arreglada, ocurrirá algo INAUDITO: Él mismo se pondrá a servirles!.  La primera comunidad vivía pendiente de la venida inminente del Señor. Es verdad, hay que esperarlo cada día. No debemos esperar cosas raras (terremotos, incendios…) Él viene en su Palabra, la Eucaristía, en nuestra historia de cada día, la de las inspectoras (escuchar problemas cada día: eso requiere una ascética particular!).  Si estamos despiertos podemos aprovechar su presencia.

Hoy el evangelio termina con una nueva bienaventuranza: Dichosos si el amo los encuentra así porque les servirá.  El buen discípulo tiene la mirada puesta en la meta, camina con la cintura ceñida y la lámpara encendida.

Pidamos hoy al Señor que nos conceda esa gracia: demoler muros!!! Con una misión: con el amor y el mensaje del Señor hacer UN SOLO PUEBLO, con la lámpara encendida y la cintura ceñida, esperando al Señor cada día.